lunes, 30 de junio de 2008

Dormir

Las cuatro de la madrugada. Doy vueltas y más vueltas en la cama, intentando que el sueño me atrape. Pero no sucede. Mi mente sigue ocupada y el calor me asfixia. La luz de la Luna y la de las farolas descubre mi piel desnuda sobre las sábanas.
En la cabecera de mi cama, mi musa dominguera me acaricia el pelo suavemente, me susurra que es tiempo de que volvamos a ponernos manos a la obra, pronto, muy pronto. Y multitud de imagenes van llenando mi cabeza. Son retazos de historias que tengo a medio escribir, personajes que necesitan un buen final, que he dejado abandonados demasiado tiempo...
Me cubro los ojos con el brazo izquierdo para impedir que la luz de la calle me moleste mientras mi mano derecha acaricia muy despacio mi piel, recorriendo cada centímetro. Me encantan las cosquillas que produce en la parte interna del antebrazo que tapa mi cara, así que me deleito en la repetición, el roce en mi vientre despierta oscuros instintos por satisfacer. Acaricio mis muslos muy lentamente, vuelvo a subir, paseo por mi cuello, recorro el contorno de mi pecho, la curva de mi cintura, intento distraer mi mente de esas ideas que me acosan. Pero vuelven.
"No mires, no mires", me grita el cuervo, pero sabe que no le haré caso. Era invencible... pero eso se acabó, digo tristemente mientras veo la vida escapar entre mis dedos.
Recuerdos de sonrisas como cristales rotos, brillantes, que se clavan en mi cuerpo dolorosamente. Dulces miradas afiladas como puñales, palabras puntiagudas que me hieren una y otra vez.... Estoy sangrando, ¿nadie lo ve?
Sólo una caricia podría salvarme. Tuya, o suya, me da igual. Sólo el calor de volver a sentir una piel contra la mía, la pasión dominando mi pequeño corazón inquieto.
Otra noche que no puedo dormir. Las primeras luces del alba me rendirán por fin al cansancio. Deseo que llegue ese momento y poder dejar de pensar.

2 comentarios:

golfa dijo...

Si quieres te doy un fuerte abrazo.... aixx mi niña, como sangran esas heridas....

Besos

j dijo...

Estas noches de calor y soledad..., qué bien contada está, Nikki. Yo solía mirar el reloj hasta que me dí cuenta de que ese era el error. Porque eso significaba que quería que llegasen las primeras luces: para dejar de sentir y pensar. Pero lo emocionante es llegar a pensar que esas noches son las más intensas de nuestra vida y que no deberían acabarse nunca. Y si de verdad llegas a sentir eso, limpiamente, te duermes seguro. El éxtasis es lo más cercano a la muerte.
Un beso.