viernes, 29 de febrero de 2008

Cambio




El 19 de Septiembre del 2004 mi corazón se rompió en mil pedazos. Ver al hombre que era mi vida convertirse en un monstruo trastocó mi mundo, él mató a la persona que era -o en la que me había convertido por él- y, de esa muerte, nació alguien nuevo, o quizás sólo recuperé la esencia de aquella chica picarona de 19 años llena de inquietudes y deseosa de probar cosas que era cuando nos conocimos y que se había ido enterrando bajo años de represión. Los insultos y desprecios continuos me habían hecho decidir que, aunque lo amaba, no podía continuar a su lado. Sentada en el sofá, se lo dije lo más amablemente que supe. Él se encerró en la cocina. Cuando la puerta se abrió, todo parecía ir a cámara lenta, lo veía acercarse a mí, armado con el cuchillo de carnicero y, con la cara demudada por la rabia, descargar su fatídico golpe. Me recuerdo con la boca abierta por el asombro, raudos pensamientos en milésimas de segundo "esto no me puede estar pasando".... Nunca llegó a materializarse, el terrible y frío filo se quedó junto a la delicada piel de mi cuello, pero sus palabras "te voy a matar, te voy a cortar en trocitos y te voy a tirar a un container..." y aquellos ojos de brillo demencial obraron el milagro de hacerme reaccionar. Corrí al baño, el corazón desbocado, las lágrimas tragadas durante catorce años manando de mi interior, escapando por mi boca en forma de vómito, todo mi cuerpo presa del temblor. No había muerto físicamente, pero algo se había roto en mi esencia. Y aún tuvieron que pasar tres años más desde aquella noche antes de convertirme en la persona que soy ahora. Pasaron muchas más cosas después, pero ese fue el punto de inflexión del CAMBIO.