domingo, 31 de agosto de 2008

Agujetas

Volví a recibir noticias de Alessandro.

El mensaje que me envió me dejó asombrada. Venía con el Ave, pasábamos la noche juntos y regresaba para Madrid a la mañana siguiente, en el primer tren. ¡Uau! ¡Debí gustarle mucho! jajaja Me comentó que, si yo quería, podíamos montar una pequeña fiesta con mis amigos en alguno de los clubs de Barcelona. Contacté con Carlos y quedamos en la puerta del Rainbow a medianoche.

Bajé en el último tren hasta Sants Estació, el suyo llegaba casi a la misma hora. Al acercarme al mostrador para preguntar por dónde salía la gente del Ave, una mano me tomó del hombro. Era él. Muy guapo y sonriente, con esos deslumbrantes ojos de zafiro.

Decidimos ir a la zona de Nou Barris, buscar un sitio donde comer algo y llegar dando un paseo a nuestro destino. Nos acercamos con un taxi hasta Fabra i Puig. Cenamos en un restaurante tipo taberna vasca llamado Txapeldun. Yo pedí una ensalada variada y un carpaccio de lacón y Alesandro prefirió churrasco. Pasamos un rato genial con una buena conversación y muchos planes para la noche.

Luego, con la compañía de la brisa fresca de la noche, fuimos subiendo tranquilamente. No tuvimos que esperar mucho hasta que llegó Carlos. Es futbolista profesional, rubio, ojos muy azules, de pecho amplio y muslos duros como el acero. Le gusta el BDSM, es un Master realmente capacitado, con mucho ingenio, sentido del humor y fuerza. Y siempre me lo paso genial cuando estamos juntos.

Nos tomamos algo juntos en el interior, enseñamos a Ale el local y nos pusimos cómodos. Realmente memorable el rato que me hicieron pasar estos dos caballeros en el sofá, compartiéndome entre los dos generosamente sin acaparar. Carlos sabe además perfectamente como conseguir un squirting y me temo que les dejé el suelo bastante mojado...

En la cama grande me hicieron sudar de lo lindo. Cuando estuvimos un poco cansados de jugar juntos (este par de máquinas me tenían ya casi agotada), empezamos a darnos cuenta de que, pese a lo tarde que era (más de las dos de la mañana) y pese a que era sábado, el local no acababa de llenarse y los que habían no parecían muy dispuestos a interactuar con nosotros o no nos atraían.

Carlos nos comentó que el local de moda ahora era el nuevo "6 y 9" en Sants y que los sábados se ponía hasta la bandera de gente.... Yo había elegido el Rainbow porque me gusta mucho y porque guardo muy buenos recuerdos de otras ocasiones en que he estado allí... Así que, sin tener que hablarlo mucho, decidimos mudarnos al 6 y 9.

María, la dueña, nos recibió en la puerta y, con mucha tristeza, pues conoce a Carlos y sabe que es de fiar, nos dijo que el local era sólo para parejas y no pudimos entrar. Nos recomendó que fuéramos al Libert, pero al intentarlo allí, tampoco nos dejaron pasar. Aforo completo, dijo el de la puerta, aunque acabábamos de ver salir a seis personas... Yo creo que ya tenían ganas de cerrar...

Mi futbolista había de madrugar para un partido, así que se dio por vencido y nos dejó a Alessandro y a mi con sus mejores deseos de que disfrutáramos lo que quedaba de noche. Mi italiano y yo decidimos volver a probar suerte en el 6 y 9 y esta vez sí entramos. Y nos divertimos mucho hasta pasadas las cinco de la mañana.

De nuevo en Sants Estació, esperamos a que abrieran la cafetería y desayunamos juntos y, al poco, mi niño de ojos de zafiro volvía a la capital, cansado pero contento y yo con el Cercanías hacia mi casa, en la misma situación...

El domingo, prácticamente lo he pasado durmiendo..... Tengo unas agujetas que casi no puedo moverme. Ay! ¡Me hago mayor! ¡Tanto sexo no puede ser bueno! ¿Verdad? Jajajajaaaaaaaaaa.......

sábado, 30 de agosto de 2008

Titanic y Sweeney Todd

Una cosa que me comentó Jose que estaba en Tarragona y que era muy bonito de ver, era una exposición sobre el Titanic, con objetos del famoso barco. Me pareció muy interesante.

Así que la mañana del viernes, al salir de su casa, cogí un autocar y llegué hasta el Port de Tarragona con intención de visitarla.

Cuando se entra en la exposición, te hacen entrega de un mp3 y de unos auriculares y te hacen una foto entrando por la pasarela.

Vas paseando entre enormes fotografías mientras las voces te cuentan toda la historia del trasatlántico, su gestación, su construcción, su inauguración y su conocido trágico final. En unas vitrinas más pequeñas vas viendo correspondencia, cubertería, platos, joyas, incluso ropa, y más de cien de esos objetos son auténticos.

Realmente impresionantes son las reproducciones de los camarotes y el bellísimo "trompe l'oeil" de la escalinata de la sala principal, ¡parece que estés ante ellas!




También es muy curiosa la plancha de acero que simula la temperatura del agua aquella fatídica noche y te retan a poner la mano y aguantar un par de minutos. Es imposible.
También impresiona entrar en el pasillo identico a los de primera clase, no puedes evitar recordar a Leonardo DiCaprio y a Kate Winslet corriendo por ellos con el agua persiguiéndoles.

Es una bella y emotiva exposición, me gustó mucho.
Por la tarde, ya de regreso en Terrassa, me fui de compras al Media Markt de Sant Cugat. Y acabé trayendome a casa a Sweeney Todd.
No había visto la película, pero como Tim Burton me encanta y también Johnny Depp, estaba segura de que me gustaría. Y así a sido. Los extras son geniales.

viernes, 29 de agosto de 2008

Dos noches

Mientras estuve en Madrid, hablé un par de veces con Jose por messenger y nos mandamos varios mensajes de móvil. El domingo en el Ave intenté localizarle, quedar con él, bajarme en Tarragona y acercarme a su casa, sentía que necesitaba verle, estar con él. Pero no recibí contestación hasta que ya había llegado a casa.

Hablando esa noche, quedamos que el miércoles, cuando él saliera de trabajar, sobre las siete más o menos, se pasaría a buscarme por la estación en Cambrils. Llegué con tiempo y me fui a la playa. Eran cerca de las ocho cuando volví hasta la estación. Seguía sin noticias suyas. Me tomé un café. El tren de vuelta a Barcelona salía a las 20.23, si él no había llegado ni llamado, me marcharía a casa.

Llegó a las 20.20. En una moto enorme que hacía muchísimo ruido. Y con un casco para mi. A mi las motos me dan mucho miedo pero no me quedaba más remedio que subirme. Y debo reconocer que fue emocionante. Sentía que el tirante de mi mono se me bajaba`por la fuerza del aire, de la velocidad, pero no me atrevía a moverme para subirlo. Si se me estaba viendo algo, pues que se viera.

Al llegar a su casa, una ducha, una cena juntos y luego.... bufff!!! Sexo, sexo, SEXOOOOOOO!!!!!!

¡Este hombre me mata! ¡Es increíble! Con diferencia el mejor amante que he tenido nunca, intuitivo, sensual, me encantan sus manos, su manera de moverse, las cosas que me dice, adivina mis deseos sin tener que pedirle nada, me eleva al Paraíso, me hunde en los Infiernos.... me tiene loca. Le daría lo que me pidiese.


Antes de quedarnos dormidos, me hizo una proposición: que me quedase a pasar el día allí y compartisesemos otra noche juntos. Demasiado tentador, no pude decir que no.


Por la mañana me dejó un juego de llaves de su casa y se fue a trabajar. Yo me dí una vuelta por el pueblo, que es muy lindo, me fui a la piscina municipal y tomé el sol y me bañé hasta la tarde. Luego de regreso a casa, comí mientras veía "La última legión" en vídeo. Las horas se me hacían eternas para su vuelta.

Y cuando volvió.... mmmmm..... otra noche inolvidable!!!

A la mañana siguiente, nos despedimos cariñosamente, volveremos a quedar pronto, tenemos un plan especial entre manos para hacer juntos. Tomé un autocar hasta Tarragona (en el próximo post explicaré por qué) y de allí el tren hasta mi ciudad. Me parecía ir flotando. Me sentía muy bien, muy felíz.

lunes, 25 de agosto de 2008

Vacaciones en Madrid VIII

Día 8 - Domingo: Feliz regreso

Este verano será recordado por el trágico accidente de un avión en Barajas, pero el avión que yo recordaré será el que está tatuado en la espalda de Alessandro. ¡Vaya noche!

Me levanté temprano el domingo y liquidé mi cuenta en el hotel. Bajé en metro hasta la Estación de Atocha y allí dejé mi maleta en las consignas. Mi tren no salía hasta la una y quería aprovechar mi última mañana en Madrid.

Dentro de la Estación hay una pequeña selva que no tiene nada que envidiarle a la del invernadero del Botánico. Me chocó ver a la gente en la barandilla mirando las piedras del estanque y, al acercarme más, entendí porqué. No eran piedras sino tortugas. Montones de tortugas de Florida y de otras razas acuáticas. Yo que he tenido muchas se lo hipnotizantes que pueden llegar a ser.




Luego me fui dando un paseo hasta el Rastro. Me sorprendió ver un montón de zapatos colgados de un cable. Una vez me explicaron que eso se hace en Estados Unidos para recordar a amigos que murieron.... ¿Será este el mismo caso? Si alguien sabe el porqué, espero que me lo explique.



El Rastro me gustó mucho, su variedad y colorido, pero la multitud congregada me agobió bastante... Me di unas cuantas vueltas por las calles atestadas, pero no compré nada.

De nuevo en la estación, ya en el Ave de vuelta a Barcelona, me despedí de la ciudad con mucho cariño, espero regresar pronto y terminar de conocerla a fondo, visitar los sitios que me han faltado y repetir de los que me han gustado.

En resumen, Madrid me ha parecido una ciudad preciosa, muy limpia y cultural. Eso que se dice siempre de "echaría de menos el mar", pues no es cierto, Madrid está llena de agua, mucha más que en Barcelona, hay fuentes decorando cada punto de la ciudad, lagos, estanques... Y la gente es muy agradable.

Como suele decir Arnold Schwarzenegger en sus pelis: "volveré"... Y entonces ¡preparaos, madrileños!


domingo, 24 de agosto de 2008

Vacaciones en Madrid VII

Día 7 - Sábado: Relajada

El plan del día era, para empezar, una visita al Retiro. El metro me dejó en la misma puerta. El Parque del Retiro es muy bonito, me recordó mucho al Parque de la Ciudadela, pero en enorme. Es casi un bosque, con preciosos rincones donde perderse, lleno de fuentes espectaculares y un lago con su embarcadero. La gente pasea, alimenta a los gatitos o a las palomas, pasea en barca, todo tiene un cierto ambiente íntimo, acompañado por la música de un saxofonista amateur que no dejaba de tocar "Strangers in the night".

Las sirenas del embarcadero son hermosas y sorprendentes. Me hizo mucha gracia oír a una niñita decirle a su papá: "¡mira papi, tiene culo!" y es cierto, sus piernas se enroscan en una cola doble, nunca había visto sirenas así, preciosas, con sus cuerpos generosos de otra época donde la belleza tenía mucha más carne sobre el hueso.


Me encantó un pequeño parque dentro del Parque, una maravillosa rosaleda. Haciendo auténticos equilibrios, conseguí atar la cámara a uno de los enrejados y poner el disparador automático y la verdad es que quedé bastante bien... porque yo lo valgo jajaja

Por supuesto, no podía dejar de visitar la fuente del Ángel Caído, una de las pocas estatuas que existen dedicadas al Diablo. Mmm! si los demonios tienen ese tipazo, creo que conozco a más de uno jeje...

Y también el increíble Palacio de Cristal, frente a su lago con surtidor y un original paso para llegar a él bajo una cascada muy lindo, del que se sale un poco húmedo por las gotas que caen de las estalactitas del techo...


Muy cerca del Retiro está el Jardín Botánico, al que se accede pagando una entrada (unos ridículos 2 Euros que bien valen la pena) y es donde fui a continuación.




Me enamoré de las dalias, me reí en el huerto, entre los tomates y las calabazas, busqué infructuosamente alguna maceta con hinojo entre las plantas aromáticas, paseé bajo las vides llenas de uvas de diferentes variedades, contemplé la famosa colección de bonsais donada por el expresidente Felipe González, me sentí en plena selva amazónica en el invernadero y me fotografié con una glicina, mi trepadora favorita. Una auténtica delicia.

Al salir de allí, para hacer tiempo hasta las dos, volví a la Plaza Mayor, intenté apuntarme a una visita guiada por la ciudad donde se explicaban viejas leyendas, pero el cupo ya estaba completo y no pudo ser. Volví hasta la Estación de Atocha.


A partir de las dos del sábado, el Museo Reina Sofía es gratuito, entré a ver el Guernika en persona, también disfruté de algunos cuadros de Dalí y me quedé algo más de una hora viendo un documental sobre canciones de la postguerra. Fue muy entretenido estar allí sentada, rodeada de un grupo de abueliyas que se las cantaban todas, yo también canté alguna, lo reconozco... Por cierto, que las muy pillas hablaban en catalán pensando que así nadie las entendía y yo me partía de risa al oírlas y entenderlo todo...

Luego, de vuelta al hotel para descansar un poco y arreglarme para la noche...

Cuando iba a salir hacia Madrid, me puse en contacto con un amigo que sabía que vivía en la ciudad, UHL, y él me contestó que, muy a su pesar, no íbamos a poder encontrarnos, pues salía de vacaciones a Grecia, pero que me mandaría a dos amigos suyos, Norman y Alessandro, para que me enseñaran la ciudad y me llevaran a algunos sitios divertidos. Me dio sus teléfonos y yo les mandé mensaje.

A Norman no lo pude conocer porque se iba a la Expo de Zaragoza, pero sí había conseguido arreglar una cita con Alessandro.

Y debo decir que no me defraudó en absoluto este interesante italiano de ojos de zafiro y manos delicadas. Ni el famoso local "Encuentros" del que tanto había oído hablar y donde dimos buen espectáculo, como la ocasión merecía...

sábado, 23 de agosto de 2008

Vacaciones en Madrid VI

Día 6 - Viernes: Tesoros sumergidos

Lo había ido viendo en los carteles de todos los autobuses con los que me cruzaba, incluso anunciado en Telemadrid y me picaba mucho la curiosidad. En lo que fue el matadero de Madrid y que ahora ha sido reconvertido en sala de exposiciones, exhibían todo un conjunto de piezas del Antiguo Egipto rescatadas del fondo del mar. Así que me informé de cómo llegar y del precio y para allí que me fui.

Al salir del metro en Legazpi, pensé que había cambiado de ciudad. Esta zona no tenía nada que ver con el Madrid que conocía hasta ahora, tenía la típica fisonomía de la "ciudad dormitorio", enormes edificios sin encanto llenos de pequeños pisos, gente trabajadora, muchos bares.

No me fue difícil dar con el Matadero. La cortinilla de láminas de plástico me impresionó, le daba un toque un poco "gore"... Me hubiera dado un poco de grima entrar por ahí, suerte que lo que yo iba a ver estaba en el edificio de atrás...

La exposición es maravillosa. Lástima que, como en muchos otros sitios donde he estado, no me dejaran hacer fotos. Estará allí hasta el día 28 de Septiembre, por si alguien se anima.

Diferentes vídeos explican que un investigador descubrió en antiguos escritos la ubicación de una ciudad que se hundió, Heraclion. Al sumergirse en la zona dieron con los restos y los sacaron a la luz.

Son multitud de pequeñas piezas cotidianas: platos, vasijas, cucharones... Dioses y amuletos de diferentes tamaños que se usaban como ex-votos en los templos, joyas, muchas esfinges, y sobre todo las piezas clave de la exhibición: tres enormes estatuas de un rey y dos reinas de diferentes épocas, que reconstruyeron pues estaban rotas en muchos trozos, todo muy bien explicado mediante graficos, carteles y notas por todo el recinto. Para quien lo prefiera, también hay audioguias.

A mi me impresionó especialmente una estatua mucho más pequeña, de un cuerpo femenino de bellas formas cubierto de una tela drapeada. ¡Es increíble como una piedra puede expresar la transparencia! También un templete que cuando recuperaron su base, se dieron cuenta que era la pieza que faltaba de otras dos que estaban en museos diferentes y juntaron las tres. En las inscripciones que tiene, están las predicciones para ese año. Por cierto, que me enteré de que los egipcios inventaron el año bisiesto, pero no fue popularmente aceptado hasta tiempo de los romanos.

Me llevé de recuerdo mi nombre escrito con jeroglíficos.

Luego, de vuelta al centro. Aproveché la tarde para repasar algunos puntos en los que me había quedado con ganas de echar algunas fotos más y algunos sitios nuevos, como el Congreso de los Diputados y sus famosos leones.



También encontré en mi paseo el Palacio Longoria (nada que ver con la famosa Eva), el único edificio modernista que vi por Madrid, que parece un enorme pastel de nata y tengo entendido que por dentro es aún mejor. Es donde está la Sgae, la Sociedad General de Autores.

Luego fui subiendo por el Paseo de la Castellana, pasé junto al Estadio Santiago Bernabeu y junto a algunas de las torres más altas de la ciudad que estan frente a él, hasta llegar a la Plaza Castilla.
"El día de la Bestia" es una de mis películas españolas favoritas, me gusta mucho Alex de la Iglesia, así que sin duda, debía visitar las Torres Kio. Impresionantes, aunque toda la zona estaba en obras y deslucía un poco.

Cuando emprendía la vuelta al hotel por la calle Bravo Murillo, una calle muy comercial y animada, encontré un supermercado de la cadena para la que trabajo. ¡No te puedes imaginar la alegría que me entró! Me solucionó la cena y el desayuno del día siguiente. Me relajó caminar entre esos productos que tan bien conozco. Hasta le hice fotos a la fachada jeje hay que ver lo implicada que me siento con mi empresa...

Lo curioso de esa calle es que los comercios parecen estar agrupados. Los supermercados uno al lado del otro, luego una zona de zapaterias, luego tiendas de ropa... Fue una larga caminata, llegué hecha polvo al hotel.

Procuré dejarlo todo casi preparado para mi partida de vuelta a casa porque para el sábado tenía planes muy especiales.

viernes, 22 de agosto de 2008

Vacaciones en Madrid V

Día 5 - Jueves: Grandes avenidas

Fue al poner la televisión para desayunar que me enteré de la terrible tragedia del avión estrellado en Barajas. Aunque yo todavía debía estar hasta el domingo por Madrid, hubo gente que se preocupó y me mandó algún mensaje. Saber que estás en mente de alguien es una sensación muy agradable.

Decidí continuar mi ruta a pie, pasando primero por una oficina para mirar mi cuenta. Fue entonces cuando descubrí que me habían pasado al cobro una cosa con la que yo no contaba hasta Septiembre. ¡Mierda! Suerte que saqué el dinero para pagar el hotel, si no, no habría tenido suficiente.... ¡Mierda, mierda! Se me echan por tierra un montón de planes, iré justa hasta para comer.... ¡Mierda, mierda, mierda! Estoy supercabreada con Xavi... ¿Y que tendrá que ver el pobre Xavi en todo esto, pensarás? Pues que estamos acabando el mes y no me ha pagado el alquiler, me debe dinero de la tele por cable de las películas que ha comprado y, sobre todo, porque antes de irme se lo pedí y me contestó: "las vacaciones te las pagas de tu trabajo".... pfff.....Se lo perdoné, aunque no tenía razón, porque pensé que, al fin y al cabo, no lo necesitaría.... Pero ahora... cuando vuelva lo mato....

Haciendo cálculos mentales de lo que me queda en efectivo y de lo que me queda por hacer, emprendo mi paseo por las grandes avenidas de Madrid.

Salgo desde la Plaza de Colón y voy bajando hacia el Retiro. El Paseo de Recoletos es una maravilla, lleno de pequeños restaurantes muy pintorescos, como casitas encantadas, una arboleda maravillosa y muchas fuentes decorativas. Llego hasta la famosa Cibeles. Es muy bonita, más grande de lo que la había imaginado. Al fondo distingo la famosa Puerta de la canción, mírala, mírala...

Pero lo que capta mi atención totalmente es el Edificio de Comunicaciones. ¡Uauuu! ¡Qué pasada!¡Es impresionante! ¡Que enorme, que recargado!¡Me encanta!

Continuo por el Paseo del Prado, llego a la Fuente de Neptuno, miro al pasar el Museo del Prado, preguntándome si llegaré a visitarlo y termino frente a la estación de Atocha. Me pego una buena vuelta por la calle del mismo nombre hasta la Plaza Mayor y en sus inmediaciones me compro lo que será mi comida.... Me entretengo por la variopinta Calle Mayor hasta la Calle de Alcalá y luego giro por la Gran Vía.... Mmmm? ¿Esto es una "gran vía"? Vaya, si mi Meridiana es mayor y muuuucho más larga.... Un edificio me resulta familiar. ¡Claro, cómo no! ¡Cómo olvidarse del gran Santiago Segura colgado de ese cartel de la Schweppes en "El día de la Bestia"!


Estoy para el arrastre, cansada, acalorada, cansada (¿ya lo había dicho?) y sigo mosqueada, así que tiro para mi hotel y alli me papeo mi comida de hoy: uno de esos superfamosos bocatas de calamares. Mmmm! ¡Gran invento! ¡Está buenísimo!


La tarde relajada, refrescándome, viendo alguna cosita en la tele y leyendo mucho. Salgo un ratito a conectarme y tengo unas lindas conversaciones con Jose y con Jordi....Una cena rapida comprada en un super y mañana será otro día...

jueves, 21 de agosto de 2008

Vacaciones en Madrid IV

Dia 4 - Miércoles: Entre Pinto y Valdemoro

Esta expresión se utilizaba para expresar que dos puntos son contrarios, pues se trataba de dos pueblos enfrentados separados por un rio. Dicen que en Valdemoro se hacía muy buen vino, que incluso surtían a la Casa Real y que en Pinto era mas bien malillo, así que si un vino no era ni bueno ni malo se decía que estaba "entre Pinto y Valdemoro". O sea, en tierra de nadie. Y precisamente en ese punto está el Parque de la Warner Bros.

Y la sensación que me dejó es que no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario.




Llegar es relativamente fácil desde la estación de Atocha. Son unas pocas paradas hasta Pinto, y desde allí salen trenes hacia el Parque.

Llegué sobre las doce. Y aquello estaba muerto. Paradas sin abrir, las calles vacías... y eso que abren a las diez.

Primero me dí una vuelta por todo el Parque, mirando en qué me gustaría entrar y visitando las tiendas de recuerdos, luego me puse ya en la cola para entrar en el Chinese Theatre, un cine que hace un pase cada hora, para ver una película sobre piratas en tres dimensiones.

Woow! ¡Cómo a mejorado esto del 3D desde la última vez que vi una! Antes parecían recortables superpuestos, ahora son totalmente tridimensionales y ¡se salen de la pantalla! Casi me pongo a gritar cuando las avispas de la peli atacan al público...

Luego subí en unos coches en los que casi me quedo dormida de tan aburridos que eran... En cambio la "casa del terror" me gustó bastante, con su "novia cadaver". También la casa de Batman estuvo bien y me encantó la montaña rusa de los Especialistas de Cine, chillé a tope.

Por cierto, que un buen consejo es llevar un calzado que vaya atado al pie, pues en la mayoría de atracciones se va con los pies colgando y si son chanclas, se pueden escapar. Por eso tuve que montar a pie descalzo y eso da un poco de grima.

También hay una montaña rusa hecha totalmente de madera, que vibra una barbaridad. De echo, fue una suerte que fuera con camiseta más bien cerrada, porque mis tetas acabaron bailando sueltas fuera del sujetador. Como la vagoneta paraba unos segundos antes de volver a entrar en la estación de salida y terminar el recorrido, me dio tiempo de volver a colocarmelas para no sentirme ridícula al bajar jajaja pero pobrecitas todas las niñatas que subían con bikini.... Bueno, puede que ahora más de uno se vaya con la grabadora a ver esa atracción jeje Realmente buena.



La atracción de marras vista desde la estación de tren

Por cierto que pude notar que los madrileños y gente de alrededores utiliza el Parque Warner como una especie de Isla Fantasía, van con bañador y toallas y se pasan el día en remojo en las fuentes y juegos, sobretodo los peques, que se lo pasan genial chapoteando con los Looney Tunes, sin duda la zona más llena del parque.

En general, el Parque me pareció bastante dejado, anticuado (¿Tiburón? ¿Loca academia de Policía? ¿Superman o Batman de dibujos animados?...pfff... ) ¿Es que la Warner no ha hecho muchas más películas buenas desde entonces? ¿o es que no se quieren gastar dinero en renovar las atracciones?

Me compré una camisetilla de recuerdo y me fui a media tarde.




La adrenalina, la paliza del viaje, el sol.... cuando llegué a la habitación me duché y me quedé frita. La maravillosa Agra me había invitado a salir con ella y con una amiga, pero ya no llegué a contestar a su sms.


Y eso es to... eso es to... eso es todo, amigos!

miércoles, 20 de agosto de 2008

Vacaciones en Madrid III

Día 3 - Martes: Patrimonio Nacional

Por la noche, antes de irme a dormir, dejé todo recogido y guardado en la maleta. Me había apuntado a una excursión con la comida incluida, así que iba a estar fuera todo el día, al regresar ya me habrían puesto en mi nueva habitación.


Me esperaban a las nueve en las oficinas de la agencia de viajes organizadora, a unos veinte minutos de mi hotel caminando. Me levanté pronto, me preparé para salir y bajé al centro a buen paso al ritmo de mi mp3.

El autocar salió según lo previsto con 45 personas a bordo, gente de diferentes nacionalidades y procedencias, así que la guia nos iba hablando en castellano y en inglés. Y no siempre decía lo mismo, cuando cambiaba de idioma... Nuestra primera parada era El Escorial, en plena sierra madrileña.
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Palacio, monasterio y escuela, todo organizado en un recinto austero pero hermoso. Realmente impresionante la sala con los mapas del mundo tal como se conocía en aquella época y, sobre todo, el Panteón de los Reyes, con las tumbas apiladas, en mármol verde, mármol rosa y oro, en una sala circular.

Le comenté a la guia que la cama de Felipe II me había parecido pequeñita y me contestó con una sonrisa (supongo que se lo habrán dicho millones de veces) "es cuestión de perspectivas". Ella nos llevó a toda mecha por el recorrido, alguna gente se quejó de que muchos eran de edad avanzada y no podían seguir semejante ritmo, pero ella no tuvo compasión y nos hizo correr a todos de un punto a otro y, si no estabas cerca, te perdías toda la explicación.... La lástima es que no nos dejaran hacer fotos, ni siquiera sin flash, había guardianes en todas las salas que te llamaban la atención si lo intentabas...

A las once y media salimos hacia el Valle de los Caídos. Parecía sacado del Gotham City de la película Batman de Tim Burton. Es una cueva excavada en forma de túnel larguísimo. Ángeles enormes que te observan amenazantes con sus espadas y sus alas extendidas, vírgenes de alabastro del tamaño de edificios, una cúpula inmensa cubierta de mosaico que es el centro de la montaña donde está el recinto y de donde surge en el exterior la gigantesca cruz. Nos comentó la guia que tiene un túnel a cada uno de sus lados donde están enterrados los muertos en la guerra. No quiso juntarnos al grupo que hablaba en castellano con los que hablaban en inglés, no se si a ellos les daría una versión diferente de la historia... La gente se paraba ante la tumba de Franco, que está detrás del altar mayor, y todos decían: "venimos a ver si aún sigue aquí..." Yo me pregunté, en cambio, en que posición debe estar enterrado, con la cabeza hacia el altar le está dando la espalda a la ceremonia, y con los pies hacia el altar, sólo ve culetes de cura... El funicular a la base de la cruz estaba estropeado y no pudimos subir.

Regresamos a Madrid y nos dejaron en un restaurante de la Gran Via para comer. Las mesas eran de cuatro personas y yo me senté con una señora muy mayor llamada Elvira que era argentina y un chico de mi edad y su padre que eran de origen hindú pero vivian en Estados Unidos. Estuve haciendo de interprete entre ellos, pues yo hablo las dos lenguas. Nos pusieron una de las paellas más horribles que he comido nunca. Los pobres americanos le daban vueltas con una cara de asco que era para verla, mirándose las gambas como si fueran bichos y el conejo ni tocarlo. Cuando "terminaron", se fueron a su hotel. Elvira y yo nos zampamos el segundo muy a gusto, un bistec con salsa y patatas fritas y luego un helado.
A las tres habíamos de estar de vuelta a la excursión. El padre del chico hindú decidió quedarse en el hotel, se encontraba mal, quizás la comida no le había sentado bien... El guia de la tarde era mucho peor que la de la mañana. Un tirano que nos amenazó varias veces de que no iba a esperar a nadie, que si alguien se perdía que cogiera un taxi. Tardamos unos tres cuartos de hora en llegar a Toledo.


Es una maravilla, un pueblo medieval, con una arquitectura sorprendente, compendio de las tres culturas que han vivido allí: la cristiana, la musulmana y la judía. Visitamos varias iglesias y la sinagoga de Santa María la Blanca, que ya no se utiliza pero es preciosa, con muchas columnas y arcos árabes. Nos llevaron también a la casa-museo de Victorio Macho, un escultor que terminó sus días allí y nos pasaron un documental muy bien hecho sobre la ciudad, me gustó mucho. Y la obra de este escultor también. El patio de la casa tenía unas vistas magnificas del río Tajo y un jardín bien cuidado.



Luego visitamos una fábrica de damasquinado, el grabado típico de Toledo. Lo que era una fábrica cutre en el exterior, era una auténtica tienda de souvenirs en el interior. Todos acabamos comprando algo. Fue entonces que Elvira y yo nos dimos cuenta de que nuestro amigo americano no estaba allí. Se había perdido durante la visita a la ciudad.



Se lo comenté al guia y me contestó que "él no estaba allí para cuidar de nosotros, solo para enseñarnos la ciudad". Me supo muy mal, incluso pensé en formular una queja en las oficinas de la empresa y te aseguro que lo hubiera hecho si hubieramos vuelto a Madrid sin él... Por suerte, el chico había conseguido un taxi y nos esperaba al pie del autocar para regresar.
A las ocho estabamos de nuevo en la Gran Via. Me despedí de Elvira, que marchaba hacia Orense al día siguiente, de mi amigo americano y de una pareja muy simpática de Valencia con la que había hecho buenas migas.
Un rato en el locutorio, una buena cena y de vuelta a mi hotel.
Mi nueva habitación está en la tercera planta, es algo más espaciosa que la anterior, tiene un balconcito que da a calle y por el que me entra mucho sol. La tele es enorme. El lavabo también es un poco más grande. Está bien, tampoco la voy a ver mucho, lo justo para descansar y dormir.

martes, 19 de agosto de 2008

Vacaciones en Madrid II

Día 2 - Lunes: Pies Arcandol: ardientes, cansados, doloridos.

La mejor manera de conocer una ciudad es recorrerla a pie. Y mis pies escocidos dan fe de que estoy conociendo bien Madrid. Caminando por sus calles descubro esas pequeñas tiendas curiosas que no aparecen en las guias, observo la cotidianidad de sus pobladores, su vida normal.

Ayer pasé la mañana haciendo unas compritas para mi y una hora conectada a Internet en un locutorio para comprobar mi correo y escribir un poquito en estas páginas.

Luego un paseo por toda la calle Fuencarral, que es como Portaferrisa en Barcelona, llena de tiendas de lo más variopintas. ¡Me encantó! Sobre todo el ecléctico Mercado de Fuencarral (que vendría a ser como nuestras galerias del Camello en la mencionada Portaferrissa) Me compré una chapita que dice "Sólo somos amigos" con una flecha indicando al acompañante jajaja Llegué hasta la Gran Vía y volví a subir por Hortaleza, pleno barrio de Chueca, que es alucinante. Me paré frente al escaparate de uno de los numerosos sex shops enfocados al público gay a mirar la multitud de chapas (ejem, de las que a mi me gustan jajaja) y camisetas con frases divertidas y ingeniosas que se mostraban. Me moría de la risa, he de volver y llevarme unas cuantas... Me acerqué hasta La Juguetería, un sex shop famoso por salir en el "Todos a Cien" cuando hacían la sección de bazar y probaban nuevos artículos. Vi a la chica calvita y tatuada, que siempre me cayó genial cuando la veía por la tele, me hubiera encantado presentarme y hacerme amiga suya, pero había más clientes y no me atreví... ya ves, me salió la vena vergonzosa. Quizás cuando vuelva a pasar... No compré nada, lo que pueda encontrar aquí también lo tienen mis amigos de Ars Amandi y me lo dejan mejor de precio...


Mis chapitas nuevas...


Luego, ya que estaba cerca, a comer a FresCo otra vez. Vivan las ensaladas. Y de vuelta al hotel, a refrescarme y prepararme para seguir ruta.

La tarde fue más divertida si cabe. Me dispuse a realizar el "Circuito a pie núm.1" de mi guia. Bajé hasta la Plaza del Sol con el Metro. La Linea 2 está bastante mejor que otras que he cogido. Por cierto, no os perdais el anuncio que pongo al final del post...



Pisando el Kilómetro Cero


El oso, el madroño y el reloj de la Plaza del Sol

Me habían avisado que en la Plaza tuviera mucho cuidado con los carteristas y ladrones de bolsos, pero constaté que estaba llena de policía para ser las tres de la tarde. No es tan pequeña como me habían contado, más o menos es como nuestra Plaza Sant Jaume. Recorrí la famosa calle Preciados y la del Carmen en busca de los souvenirs perfectos. Fui paseando por las callejuelas, pasé por delante de la Chocolatería de San Ginés sin dedicarle una segunda mirada. La Plaza Mayor es impresionante, me recordó a Turín y a la Plaça Porxada de Vic... Es preciosa. Había una chica haciendo música con copas llenas de agua.



La chica del agua musical


La Plaza Mayor


El Ayuntamiento y yo


La iglesia de San Francisco el Grande.

Luego me hice fotos frente al Ayuntamiento. Me quedé con la boca abierta al ver la Iglesia de San Francisco el Grande,que tiene la cúpula más grande de España, seguí por Bailén hasta la Catedral de la Almudena (en cuyo interior hay unos cuadros que no desmerecerían en cualquier siniestra casa de Silent Hill, dan aunténtico miedo...), el Palacio Real, la Plaza de Oriente, la Plaza España con su monumento a Cervantes y sus enormes rascacielos.


El Palacio Real


La Plaza de España, con el monumento a Cervantes.



Hice una paradita en el maravilloso Templo de Debod, un regalo de los egipcios, un templo de verdad consagrado a Isis. Tomé el sol y me relajé bebiendo una botella de agua fresquita y contemplando las increibles vistas.


Entre una cosa y otra, eran ya casi las ocho de la tarde y me sentía desfallecida, así que decidí dejar a medias el "Circuito núm.1" y ir tirando hacia mi hotel. Soy buena "caminanta" así que, por supuesto, continué a pie, aquí todo me parece que está cerca.

Pasé a propósito por la calle Carranza, donde el domingo descubrí un establecimiento de comida rápida china de esos que salen en las películas americanas y me llevé un menú escondido en el bolso para comer en mi habitación. Joer, ¡que ricos me supieron los fideos con soja después de tanta ensalada! jajaja

Me comunicaron en el hotel que, debido a unas obras, me habrán de cambiar de habitación. A ver que tal será la que me den nueva....

Un ratito de lectura, contestar varios mensajes del móvil y a dormir que la aventura continua....


El Metro de Madrid, con humor.