viernes, 29 de agosto de 2008

Dos noches

Mientras estuve en Madrid, hablé un par de veces con Jose por messenger y nos mandamos varios mensajes de móvil. El domingo en el Ave intenté localizarle, quedar con él, bajarme en Tarragona y acercarme a su casa, sentía que necesitaba verle, estar con él. Pero no recibí contestación hasta que ya había llegado a casa.

Hablando esa noche, quedamos que el miércoles, cuando él saliera de trabajar, sobre las siete más o menos, se pasaría a buscarme por la estación en Cambrils. Llegué con tiempo y me fui a la playa. Eran cerca de las ocho cuando volví hasta la estación. Seguía sin noticias suyas. Me tomé un café. El tren de vuelta a Barcelona salía a las 20.23, si él no había llegado ni llamado, me marcharía a casa.

Llegó a las 20.20. En una moto enorme que hacía muchísimo ruido. Y con un casco para mi. A mi las motos me dan mucho miedo pero no me quedaba más remedio que subirme. Y debo reconocer que fue emocionante. Sentía que el tirante de mi mono se me bajaba`por la fuerza del aire, de la velocidad, pero no me atrevía a moverme para subirlo. Si se me estaba viendo algo, pues que se viera.

Al llegar a su casa, una ducha, una cena juntos y luego.... bufff!!! Sexo, sexo, SEXOOOOOOO!!!!!!

¡Este hombre me mata! ¡Es increíble! Con diferencia el mejor amante que he tenido nunca, intuitivo, sensual, me encantan sus manos, su manera de moverse, las cosas que me dice, adivina mis deseos sin tener que pedirle nada, me eleva al Paraíso, me hunde en los Infiernos.... me tiene loca. Le daría lo que me pidiese.


Antes de quedarnos dormidos, me hizo una proposición: que me quedase a pasar el día allí y compartisesemos otra noche juntos. Demasiado tentador, no pude decir que no.


Por la mañana me dejó un juego de llaves de su casa y se fue a trabajar. Yo me dí una vuelta por el pueblo, que es muy lindo, me fui a la piscina municipal y tomé el sol y me bañé hasta la tarde. Luego de regreso a casa, comí mientras veía "La última legión" en vídeo. Las horas se me hacían eternas para su vuelta.

Y cuando volvió.... mmmmm..... otra noche inolvidable!!!

A la mañana siguiente, nos despedimos cariñosamente, volveremos a quedar pronto, tenemos un plan especial entre manos para hacer juntos. Tomé un autocar hasta Tarragona (en el próximo post explicaré por qué) y de allí el tren hasta mi ciudad. Me parecía ir flotando. Me sentía muy bien, muy felíz.

1 comentario:

Lydia dijo...

Todas las noches así... sin parar... unos momentos de relax... y a seguir...

Besitos...