viernes, 20 de junio de 2008

Infiel

http://vivirpacontar.blogspot.com/2008/02/cambio.html


Después de que mi marido me pusiera un cuchillo en el cuello y me amenazara de muerte, después de mi reacción.... estuvimos hablando. Él también se asustó de lo que había estado a punto de hacerme. Llegamos al acuerdo de ir a terapia de pareja pero, como siempre, acabé yendo yo sola. El no tenía tiempo, o no tenía ganas, o tenía mucho miedo de lo que le pudieran decir...


Al explicarle a la psicóloga por todo lo que estaba pasando, la forma en que Fran me trataba, ella me dijo: "tu marido es un maltratador de manual". Yo nunca me había planteado el estar viviendo una situación de malos tratos, pero al verlo desde fuera, desde los ojos de otra persona, me di cuenta de que sí era cierto, me hizo reconocerlo. Ella me dijo que, hasta que no lo dejara, no podía ayudarme... Y yo no me sentía capaz de dejarlo, de romper con tantos recuerdos, con tantos años juntos, media vida a su lado.


En esos mismos días, mediados de Octubre, empecé a entrar en un chat de un canal de televisión. Se llamaba MolaTV, emitían desde Sabadell, en la parte superior iban poniendo vídeos musicales sin descanso, en una franja inferior iban llegando los mensajes enviados con el teléfono, acompañados de la foto que le pusiéramos a nuestro alias.


Fran no me dejaba tener Internet, decía que me pasaría el día mirando cosas y que no haría nada en casa. Yo creo que temía que pudiera comunicarme con otras personas sin que él lo supiera. Y eso es lo que hice allí, en el chat de MolaTV me sentía muy arropada, cuando me sentía mal me animaban, aconsejaba a otros cuando pedían ayuda, pedía mi música favorita. Me tenían por una chica divertida y muy centrada. Mi nombre era Sakura, flor de cerezo en japonés, mi personaje favorito de manga, la protagonista de Card Captor Sakura.


Argos, Maribel, Birra, Beckan, Banderas, Mallorquí, K-brona, Lunático, Ninfa, Harpo, Rosiel, Yuna, Agila, Mimi, Speedy, Vtor, Jazzman....y muchísimos otros. La gran mayoría, muy buena gente.


Había un chico con el que me llevaba especialmente bien. Su alias, Rantamplan, aquel perro tontorrón que iba con Lucky Luke. Siempre se pedía la misma canción, "Losing my religion" de REM, el Dj de la emisora ya lo tenía aborrecido (y nosotros también jajaja). Solíamos coincidir todos los mediodías y algunas tardes.


Un día me llegó un mensaje por privado: "aquí tienes mi número, sin malos rollos" y su teléfono personal.


Vivíamos cerca el uno del otro y decidimos quedar una tarde y conocernos. "Me reconocerás enseguida, soy como el Fary" me dijo. "Para ser amigos no hace falta ser guapos".... Pero cuando le vi entrar en la cafetería, no era como el Fary, que va... Muy alto, delgado sin ser flaco, con una nariz importante, ojillos chispeantes, pelo corto sal y pimienta, sonrisa contagiosa. Una persona divertida y atractiva. Treinta años, divorciado, nueva casa, nuevo coche, nueva vida... Su nombre era Juan. Yo no lo supe entonces, pero era el "coleccionista de amantes" del chat.


Después de un refresco, decidimos ir a su casa a tomar un café y hablar de temas privados sin gente alrededor. Vivía en un cuarto sin ascensor. Al llegar arriba estaba sin aliento. La tarde fue muy intima, entre café y café, supe que algo había empezado entre nosotros con esa conversación a corazón abierto. Nos sentíamos muy a gusto juntos, teníamos muchas cosas en común, nos reíamos de las mismas cosas...


Al cabo de unos días, uno en que me sentía especialmente mal, volví a pasar la tarde con él, en su piso, contándole mis penas. Me puse a llorar y él me abrazó. Lo siguiente que supe es que me había tomado en brazos y llevado hasta su cama. Su manera de "consolarme" me hizo mucho bien, acostumbrada a una persona que no quería ni tocarme, que me decía que no valía nada ni como persona ni como mujer, que era gorda y fea.... a un chico que me decía que le parecía preciosa, que me deseaba, que me excitaba, que me hacía sentir un placer largamente olvidado....


Empezamos a vernos asiduamente, subir aquellos cuatro pisos era una dulce tortura, nos pasábamos los días enviándonos mensajitos a todas horas, pasamos tardes inolvidables juntos, hasta le regalé una figurita de su querido Rantamplan que encontré en Norma Cómics, comencé a sentirme más segura de mi misma, a pensar incluso en ser libre... Él me dio fuerzas para cambiar, poco a poco. Yo nunca he estado de acuerdo con la infidelidad, pienso que se han de hablar las cosas y que si tu pareja no te da lo que necesitas, o la dejas o llegas a algún tipo de acuerdo. Yo intentaba dejar a Fran, le iba dejando caer insinuaciones, pero él se aferraba a mi, decía que no podía vivir sin mi y yo sentía una profunda tristeza, no quería hacerle daño... Me sentía ilusionada por mi relación con Juan, notaba que me estaba enamorando.


Así que me dolió mucho la noche de sábado en que yo supuestamente había de ir a la cena de empresa y que pensaba pasar junto a él, pues mi movil seguía mudo, no recibía confirmación de nuestros planes. Lo veía por pantalla, en Mola Tv, pidiendo sus canciones, riendo con la gente. Entré en el chat con otro número de teléfono y otro alias, haciendo ver que era una chica diferente. Enseguida me llegó su mensaje: "aquí tienes mi número, sin malos rollos".... Me proponía quedar esa noche y salir juntos a bailar. Mientras tanto, en mi teléfono habitual, me decía que la madre de un amigo suyo estaba muy enferma y que se había de quedar con él a hacerle compañía, que no iba a salir. Puñalada trapera a mi corazón. Me cabree muchísimo.


Pasado el fin de semana, fui a verle. Discutimos. Juan no sentía lo mismo que yo por él, hacía poco que había empezado su nueva vida y no quería algo serio tan pronto, atarse a alguien, tenía a las chicas del chat a su disposición, mucho donde elegir, además yo seguía casada y él no se veía capaz de afrontar ese secretismo, siempre ocultándonos a los ojos de los demás, no poder ir juntos a los sitios ni disponer de tiempo... Yo no daba el paso y él no quería esperar.


Soy una persona muy sincera, me gusta que me hablen a la cara, aunque sea de cosas que duelen. Hubiera preferido que él me explicara todo eso que pasaba por su cabeza sin necesidad de engañarme antes, aunque me hiciera daño lo habría sabido aceptar. Así que lo dejamos.


Estuve varios días en que me ponía a llorar por todo, Fran se daba cuenta. "A ti te pasa algo" me decía con mirada escrutadora. "Estoy depre", era mi respuesta. No podía dejar de pensar en Juan.


Apenas duró un mes y medio pero fue muy intenso. Yo jamás había sido infiel, esa fue la primera vez. Ahora se que fue un paso más en mi cambio, reconozco que me ayudó a tomar muchas decisiones posteriores, que me enseño a valorarme más a mi misma, a gustarme. Y yo le doy las gracias por eso.

Por cierto, este es mi post número cien... Este recuerdo especial ha sido mi celebración.


No hay comentarios: