miércoles, 17 de diciembre de 2008

Costumbres tontas

Una clienta me paga la compra con su tarjeta. La paso por el lector y, cuando veo que acepta la operación, se la devuelvo. Entonces veo que ella se rie por lo bajo.


Me acabo de dar cuenta de un gesto que hago inconscientemente. Y ella ya debía haberlo notado y estaba esperando a que lo hiciera.


Cuando veo un nombre o apellido que me llama la atención, que me gusta, que me trae recuerdos o me hace pensar en alguien... no puedo evitar pasar los dedos por encima de las letras grabadas en la tarjeta, como si lo leyera con la yema, como si lo acariciara. Y ella se llama Sherezade, la famosa contadora de cuentos de Las mil y una Noches, así que debo hacerselo bastante a menudo jajaja.



Pensando en ello en mi media hora de descanso, me doy cuenta de otra cosa que hago todos los dias, casi sin darme cuenta y que está allí mismo, ante mi, en la mesa:


Cuando tomo el café con leche del desayuno o la merienda en el bar frente al trabajo, rasgo los sobrecitos de azúcar, echo el azúcar en el café y luego meto el trocito de papel roto dentro del sobre y lo retuerzo, haciendo un lazo. Y allí hay un par de bonitos lazos verdes, demostrándome que el hombre es un animal de costumbres. Muchas de ellas, costumbres tontas...

1 comentario:

Lydia dijo...

¡Yo también hago lo del azucar!... rompo la esquinita y la meto en el sobre, para luego retorcerlo hasta que forma un lacito...