lunes, 22 de diciembre de 2008

Down



Una amiga me envió una invitación para asistir a la inauguración de una discoteca "de ambiente", sólo para mujeres, en Barcelona. Hay varias discotecas orientadas al publico homosexual, incluso para chicos y chicas, pero no existía un espacio reservado exclusivamente para lesbianas.
Picada por la curiosidad, decidí asistir. No me fue difícil de localizar el local, es un clásico en la noche barcelonesa, en la calle Beethoven, allí estuvieron un montón de discotecas famosas en los ochenta y noventa. Me encantó la distribución del espacio, la decoración es sobria pero elegante, se baja por una escalera hasta la pista, rodeada de varias barras y zonas de asientos. Hay lavabos diferenciados por sexos, pero al ser la clientela sólo chicas los utilizan indistintamente. Yo me situé estratégicamente delante de la cabina del DJ (curiosamente, un hombre) como solía hacer en mis buenos tiempos en Tercera Fase, mi discoteca. La música era muy buena y enseguida estaba bailando.
La gente iba llegando y no se si realmente se notaba que yo no pertenecía a aquel ambiente o eran imaginaciones mías, pero creo que cantaba más que una calandria. Yo era la única chica con melena larga y con escote. La gran mayoría llevaban el pelo muy corto y vestían muy tapadas: jerseys de cuello alto, camisas, sudaderas... No se me acercó nadie ni a decir hola. Nunca había visto una discoteca tan llena de gente que no bailaba. Se iban juntando en pequeños grupos y hablaban, apenas movían un poco los pies. Pero bueno, a mi me da igual lo que haga la gente, yo me lo pasé estupendamente y espero repetir algún día de estos, es una buena discoteca, con un ambiente muy agradable.
Le envié un mensaje a mi amiga, diciéndole que estaba allí, a ver si nos encontrábamos. Pero llegaba la hora de irme y no aparecía. Fue cuando ya estaba en mi coche, camino de los Tuneles de Vallvidrera que recibí su mensaje de que estaba llegando. Demasiado tarde. Otra vez será, Noemi, cariño.

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