martes, 9 de diciembre de 2008

No somos nadie


Uno de los libros que me compré en la Estación de Delicias de Zaragoza fue el de Pablo Motos, "No somos nadie", recopilación de algunas de las chorradas que, hay que reconocerlo, dan que pensar, y que comentaban cada día en su programa de radio, llamado como el título del libro y del que yo era asidua seguidora. Me encantaban sobre todo los "momentos Teniente" (en algunas canciones en otros idiomas parece que digan cosas en español) y los "McGuffins" (juegos de palabras, como por ejemplo, si Falete se sienta sobre mi PDA, ¿tengo una "agenda apretada"?)
Dudas existenciales. Algunas tienen respuesta. ¿Por qué nos gustan tanto las lucecitas? ¿Por qué hay cosas que decoran y otras que no? ¿Qué se dicen los presentadores del telediario nada más acabar?.... y hay una larga parrafada desternillante que cavila sobre ello.
Otras nos dejan intrigados: ¿Porqué abrimos la boca cuando miramos al techo?¿Porqué cuando nos cuelgan el teléfono nos lo quedamos mirando como si él tuviera la culpa? ¿Porqué los niños pequeños se meten de todo en la boca y cuando les das la papilla no la quieren? ¿Porqué las chicas aplauden cuando se ríen? (¡¡lo constato!!¡Yo también lo hagoooo!) ¿Porqué en todos los gimnasios el monitor es campeón de España de algo, seguro que hay tantos campeones? ¿Porqué no hay ningún chino que sea ciclista profesional, si todos van en bici? ¿Porqué nos parece tan "chic" desayunar en la cama con lo incómodo y asqueroso que es? ¿Porqué en los ordenadores no ponen de una vez una tecla para que salga la arroba sin tener que montar todo el numerito? ¿Porqué hay silenciadores para pistolas pero no los hay para campana extractora? ¿Porqué se enredan siempre los cables de los cascos del Mp3?.....
Luego hay varias cosas curiosas, monólogos de Luis Piedrahita, trucos de magia de Juan Tamariz, cincuenta consejos que no dan las madres, noticias reales muy curiosas (con una falsa infiltrada y que hay que descubrir...)
Yo me estuve riendo todo el trayecto del AVE de Zaragoza a Barcelona y antes de llegar ya me lo había acabado.

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