Beverly es sensible y algo tímido, su hermano Elliot es seguro y dominante, y Irons consigue con sus diferentes interpretaciones hacernoslos completamente distinguibles a pesar de ser exactamente iguales (de echo, la misma persona). La técnica utilizada para hacer compatibles a los dos personajes compartiendo pantalla está genialmente realizada para los pobres medios de efectos especiales de la época. Ambos personajes viven una relación extraña y morbosa de amor y sexo con la misma mujer, primero haciéndose pasar uno por otro, luego cuando ella descubre que son dos, de competencia, que les lleva a niveles de locura y autodestrucción..
Me impactó muchísimo cuando la vi por primera vez y algunas de sus escenas se convirtieron en material para mis primeras fantasías sexuales, como cuando los dos hermanos bailan a la vez con la misma chica, los tres abrazados, ella atrapada entre los dos hombres, o la escena de sexo de Beverly con la protagonista atada a la cama con gomas... Con el tiempo me he dado cuenta de cuanto me ha marcado esta película....
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