jueves, 9 de octubre de 2008

Cumpleaños


Mañana es el cumpleaños de Xavi. Hacía bastante tiempo que tenía muy claro lo que quería regalarle.

A menudo, viendo los canales del cable, dan un anuncio de unos chismes llamados Ecoesferas y a él se le cae la baba. Son unas bolas de cristal que contienen un micro ecosistema: agua, aire, algas y piedras y camarones vivos. Yo sabía que había visto algo parecido en alguna visita a un museo con Fran, en la tienda de recuerdos, pero no conseguía recordar en cual. También lo había mirado por Internet, pero no estaba segura de que me fuera a llegar a tiempo, así que no me arriesgaba a pedirla.
Así que la semana pasada estuve en el Aquarium de Barcelona, preguntando. Pero no era allí. Devanandome los sesos, al final llegué a la conclusión de que había sido en el nuevo Museo de la Ciencia, el Caixafórum. Estuve mirando cómo llegar y esta tarde he hecho una escapadita.
He cogido los Ferrocarriles hasta Avenida Tibidabo y al salir a la calle, me he sentido desorientada. He preguntado en el kiosco que hay frente a la salida (que seguro que están hartos de que se lo pregunten, pero me han atendido muy amablemente). He ido subiendo por la calle por la que circula el famoso Tranvia Blau y, la tercera a la izquierda, he girado. Llovía, estaba oscuro, no había nadie por las calles. Pronto he localizado la entrada al parque que rodea el museo y he subido unos escalones de tierra y madera.
Es impresionante cruzar sobre el bosque amazónico que tienen dentro del Caixafórum por los puentes del exterior, aunque la lluvia lo desluce. He entrado en el edificio, que es tan bonito como recordaba, y he ido a la tienda de recuerdos, que es de la Librería Laie y ¡allí estaban las esferas de marras!
Me que quedado una de tamaño mediano (arrff! No me pregunteis por lo que me ha costado, pero este mes me parece que voy a hacer "dieta Gran Hermano": arroz y pasta, arroz y pasta... pero ha valido la pena). Me la han puesto en una bolsa inflable para que fuera protegida, con expreso consejo de que no la tenga muchos días a oscuras o se podrían morir los bichitos.
He ido todo el camino de vuelta acojonada: ¿y si me resbalo y me caigo y se rompe?¿Y si me dan un golpe o me empujan? No veía el momento de llegar a casa, con la bolsa pegadita al cuerpo y una mano por delante en el andén de Gracia, donde he hecho el transbordo. Luego, bien sujeta para que no se movieran mucho y no se estresaran las gambitas (que también se pueden morir).
Al llegar a casa, la he escondido en la habitación. Cuando a llegado Xavi, hemos cenado y visto un rato la tele. Yo intentando poner cara de poker, pero no se me da bien lo de guardar secretos y se me escapa la sonrisa a cada momento... Al decirme que se iba a dormir, le he pedido que esperara un momento y la he sacado. ¡Qué emoción! Casi se le saltaban las lágrimas, pobre. Le ha encantado.
Nos hemos quedado como tontos mirando las gambitas nadar. Hay cuatro. Ahora son muy pequeñitas y casi transparentes, pero si la luz y la temperatura son correctas y se sienten a gusto, crecerán y se pondrán muy rojas. No suelen reproducirse y, si lo hacen, se comen a sus crias, así que no hay peligro de que se llene la bola de camarones. Es entretenido ver como mueven sus patitas, se paran en las algas y se esconden entre las piedrecitas y las conchas del fondo.
Estoy contenta. Y Xavi también, aunque ya casi tenga un año más jejeje ¡Felicidades, viejoooo!


1 comentario:

susireiki dijo...

felicita a Xavi de mi parte! a mí también me deja con la boca abierta el anuncio de "ecoesferas" ajjajajj