miércoles, 17 de marzo de 2010

Hoy no me puedo levantar

No, no es que ayer me acostara muy tarde (que es que si) y hoy esté cansada (que es que también), es que ayer fui a ver el musical "Hoy no me puedo levantar", una obra teatral montada a partir de las canciones del mítico grupo de los 80, Mecano, con el beneplácito de Nacho Cano....

Pasé por casa apenas para comer, ducharme y cambiarme de ropa. Salí disparada hacia la estación. Había quedado a las seis con Andy en Sants y, como tanto esa zona como el centro son imposibles para aparcar, y están bien comunicadas con el transporte público, pues había decidido mejor moverme en tren. Iba con el tiempo justísimo.... y para acabar de rematarlo, al llegar a la estación, una chica me obstruyó el camino y no me dejó bajar las escaleras mecánicas.... y llegamos al andén a tiempo de ver cómo se marchaba sin nosotras. Estuve el cuarto de hora siguiente lanzándole miradas asesinas.... Llamé a Andy para decirle que llegaria tarde... El trayecto se me hizo pesado, entre los nervios de no ser puntual, que me da mucha rabia, una chica que hablaba en un tono muy alto, como si quisiera que todo el vagón escuchara sus miserias y mi puñetero mp3 que lleva algunos dias funcionando bastante mal: los auriculares no hacen bien contacto, a veces se oyen, a veces no, a veces por uno sólo... Y el cacharro además se queda encendido cuando lo apago y me gasta toda la pila, como descubrí que había sucedido otra vez y no llevaba ninguna de repuesto, así que terminé escuchando la música que llevo grabada en el movil....

Andy es entrenador personal, nos conocimos a través de un amigo común. Para cuando llegué a su gimnasio, ya estaba liado con una clienta, a la que casualmente también conozco de Facebook, ¡que pequeño es el mundo!, pero pudo dedicarme un ratito para organizar nuestro próximo encuentro. Voy a ponerme en sus manos para empezar en serio con mi ejercicio y dieta... ¡Que miedo!

Sabía que el musical duraba tres horas, así que me paré a comprar un rico bocadillo en Pans & Company y luego tomé el Metro hasta la Plaza Catalunya. Antes de entrar, incluso me dio tiempo a cotillear unos nuevos auriculares en la Fnac... pero no encontré ningunos que me gustaran.

El Teatro Tívoli es grande, pero sencillito, no me dejó con la boca abierta.


El musical cuenta la historia de dos amigos de pueblo que van a Madrid a intentar hacerse famosos con la música, forman un grupo y triunfan. Hay historias de amor, traiciones, celos, drogas y muerte, todo bien enlazado con las preciosas canciones que ya son inolvidables.










Hubo muchísimas cosas que me gustaron especialmente: la actuación de la equilibrista sobre el público, las espectaculares luces que adornaban "Hijo de la Luna", el actor Marcos Rodríguez, que está que se sale en el papel de Colate, absolutamente impresionante en "Perdido en mi habitación" o "No es serio este cementerio". Las coreografías y los bailarines son geniales, el número de "Laika/Salvador Dalí" es una pasada... No me gustó el actor principal, el que hacía de Mario, lo encontré desafinado y gritón.... Pero el que se haya planteado de ir a verla, yo la recomiendo mucho, aunque me lo pasé mejor en "Fama"....



Cuando acabó la función, salí corriendo a ver si pillaba el último tren para Terrassa. Al entrar en el vestíbulo de la estación, ya vi que la cosa no pintaba bien. Muchos indigentes y drogadictos, preparandose para pasar allí la noche. Ya no había trenes. ¿Y los Ferrocarriles Catalanes? Ya tenian la puerta cerrada... Ups! ¿Y ahora qué?


Me acerqué a la parada de taxis. El taxista me indicó que tenia que coger primero el que estaba en la segunda fila de la calle. Al asomarme al interior para preguntar, vi que era un chico negro. La verdad es que me dejó un poco descolocada...


Fuimos todo el camino conversando. Era simpático. Congoleño de origen, viviendo en Mollet, con familia lejana en mi ciudad, su nombre era Buba, como el de las gambas de "Forrest Gump". Al llegar a la puerta de mi casa, me apuntó su dirección de mail y su teléfono, me dijo que le gustaría volver a verme. Le dije que se quedara el cambio de los casi 50 euracos que costó la carrera, por la molestia de tener que traerme tan lejos....


Sinceramente, no tengo intención de llamarle. Como dice una frase que me gusta mucho: "no calientes lo que no te vayas a comer". No me pareceria justo darle esperanzas de algo conmigo cuando no hay ninguna posibilidad....

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