Xavi no me dejó preparar la cena de Fin de Año. Él es el chef de la casa, la cocina es su territorio. La sorpresa vino cuando, sin necesidad de decirle nada, se puso a preparar exactamente lo mismo que yo tenía pensado. Supongo que lo hace la convivencia de más de un año, la amistad que nos une y que había dejado las cosas preparadas en la nevera jejeje ¡Que fácil es ponerse medallitas!... Tostadas, patés diversos, ensalada de queso mozzarella con tomates dulces, un poquito de sopa de "galets" de Navidad (esos "tiburones" extragrandes) y cabrito al horno, que él acompañó con patatas asadas y cebolla y pimiento escalivados. Un festín, acompañado de algo de cava. Nos tomamos las uvas entre risas y brindamos por el nuevo año.
Creo que es la primera vez en mi vida que salgo un Fin de Año. Nunca me ha gustado salir los dias que hay que divertirse "por obligación": la gente bebe mucho, pierden el control y eso me asusta. Pero este año he hecho una excepción. Gonzalo me comentó que estaría en una fiesta en el Pipa Club de Barcelona, en la Plaza Real, que había grabado una selección de música especialmente para hacernos bailar a todos y que también asistiría una amiga suya a la que quería presentarme. Y era demasiado bueno para decir que no...
Centro de Barcelona, noche de Año Nuevo... imposible bajar en coche, así que me decidí por los Ferrocarriles Catalanes. Al salir en Plaza Catalunya, casi sentí pánico. Una horda de gente borracha, discutiendo, peleando, cantando y bailando, llenando las Ramblas, cristales por el suelo, vomitonas, liquidos diversos que apestaban a alcohol, hombres meando en cualquier rincón... Me abrí camino deprisita hasta la Plaza Real y enseguida subía la escalera hacia el Pipa Club.
Y, sólo abrir la puerta, me encuentro a Gonzalo y su amiga allí sentados en una mesita baja, bebiendo cava, esperándome. Él está muy guapo, lleva un pantalón tejano de pitillo y un polo de manga larga que parece la parte superior de un pijama (y nos pasaremos la noche haciéndole broma con eso...) con una bufanda y ella es una preciosidad morena de ojos orientales y labios tentadores, con una sonrisa cálida y un cuerpo impresionante bajo su blusita blanca y negra y sus pantalones de piel. Se llama S y es un encanto de mujer. Dulce, educada, provocadora, con mucho mundo. En un momento dado, me cuenta del regalo que le hicieron cuando cumplió los cuarenta y reconozco que me sorprende mucho (¡¡¡Imposible!! ¿¡¿Cuarenta?!? ¡Noooo!¡Con esa carita de niña hubiera jurado que era mucho menor que yo!¡Es tan guapa!) Me cae genial. Pronto se nos une David, que se presenta como un amigo de Gonzalo. Músico, toca el bajo, y tiene un aspecto bohemio, se queda fascinado conmigo... "¿Dónde has estado toda mi vida?" me pregunta, mientras me besa y me achucha. Gonzalo y S desaparecen de la pista de baile cuando empieza a sonar salsa, para averigüar quién está cambiando la música que tan a gusto estabamos bailando... Cuando David ya se las está prometiendo muy felices para esa noche, Gonzalo me hace señas desde la puerta del despacho y me despido de él. Ya no volvimos a encontrarnos, una lástima, era simpático.
S mantiene una animada conversación con el primo de Gonzalo, mientras él y yo nos comemos a besos, bien pegaditos, empujándonos contra los muebles y, con el calentón, nos escapamos a los lavabos a hacer un poco más que besarnos y acariciarnos.... pero la panda de borrachuzos meones que pululan por allí no paran de aporrear la puerta y no nos dejan estar mucho tiempo a solas jajaja así que volvemos al despacho y nos aposentamos en la sala Vip, sin nadie más, los tres en un pequeño sofá rojo, una a cada lado de nuestro amigo, que reparte su cariño entre las dos. La noche se presenta animada. Al poco, Gonzalo nos deja a S y a mi juntas mientras él se va a la cocina del local a comer algo o a beber algo más.... Ya va bastante borracho, la verdad, pero con el punto divertido, que usamos para burlarnos, amistosamente, de él... Ella y yo aprovechamos para compartir experiencias y charlar de cosas que tenemos en común. Cada vez me gusta más esta chica.
Convencemos a Gonzalo para marchar ya. Nos vamos a casa de S, uno de esos pisitos que me encantan, pequeñitos con todo bien organizado, muy limpio, muy bonito, con mucha clase. Nosotras continuamos nuestra conversación en su sofá mientras él está perdido en el lavabo. Miramos juntas un libro en inglés, con muchas fotos, adaptando Historia de O. Tenemos gustos y fantasías muy similares. Me enseña una caja con su "arsenal" de juguetes, algunos realmente sorprendentes.
Cuando por fin Gonzalo sale del baño, es mi turno de hacerle una visita al Señor Roca. Y cuando vuelvo al saloncito, los encuentro ya en la habitación de S, estirados en la cama, esperando mi llegada. Me pongo cómoda y me uno a ellos.
S y yo no paramos de reirnos: él está tan borracho que no sabe ni lo que dice. "¡Violadme, violadme!" nos pide... y es tan tentador y él está tan rico, mmmm... Aprovechamos para hacerle algunas "perrerías" que es una lástima que no vaya a recordar, pero que ya le contaremos mañana jeje A pesar de la borrachera, el niño cumple que es una delicia. No para de pedirnos más. Nos vamos turnando, hasta que los tres estamos más que satisfechos. A eso de las ocho nos quedamos dormidos, abrazados los tres muy juntitos.
A las doce y media, mientras S se ducha y se arregla para ir a una comida familiar, Gonzalo y yo nos volvemos a poner calientes y no podemos evitar volver al ataque. Cuando ella regresa a la habitación, nos pilla liados y sudorosos, y se rie mientras se va vistiendo. Por cierto, los colchones de viscolatex son geniales para dormir pero funestos para el sexo... La persona que está abajo es absorbida por el colchón y no puede moverse y a la de arriba también le cuesta llevar el ritmo porque no tiene dónde apoyarse jajaja. Así que no le pidais uno a los Reyes, a no ser que querais dormir mucho.
Ellos se fueron a sus respectivas comidas familiares y yo me volví a casa en los Ferrocarriles, extrañamente felíz. Me he divertido mucho con ellos. Le dejé apuntado a S mi mail, mi teléfono y la dirección de mis blogs, de los que estuvimos hablando.... Estoy segura de que volveremos a encontrarnos.
Así que la semana siguiente, allí estaba, buscando la continuación, conociendo a más personajes, dejando que mi imaginación volara con sus historias, fascinada con aquellos seres con poderes increibles pero con problemas de lo más mundanos... Y ya no dejé de comprarlos, semana tras semana. Y como me interesaba saber cómo habíamos llegado hasta allí, también empecé a comprarlos hacia atrás.
