miércoles, 14 de enero de 2009

El hombre que cantaba en el Metro

Del 1990 al 2000 estuve trabajando en una gestoria en el barrio de Gracia. Además de las tareas habituales de despacho (pasar a máquina, archivar, facturar, contestar al teléfono...) también hacía de "chica de los recados", llevando cosas a firmar o pasando a buscarlas, presentando documentos en diferentes organismos oficiales... Aprendí a moverme por la ciudad eficientemente con transporte público, a calcular el tiempo que me llevaría ir de un sitio a otro.

Cada dia había de coger muchas veces el Metro y, al pasar por la estación de Passeig de Gracia, Linea 3, con dirección a Montbau, justo al principio del andén, veia a menudo a un hombre mayor, muy alto, con bigote, bien vestido, que se paseaba arriba y abajo por ese trozo, con un bolígrafo en la mano, carraspeando y entonando notas, cantando ópera.

Era chocante, muchos viajeros se reian de él. A mi me inspiraba mucha ternura. Yo no esquivaba su mirada, le observaba con curiosidad pero sin malicia.

Hace algunos dias estaba por Barcelona y cogí la Linea 3 para hacer el transbordo en Diagonal hacia la Linea 5.

Y al pasar por Passeig de Gracia, ¡ahí estaba él! Casi diez años después, más canoso pero igual, con su traje clásico y su boli en la mano, carraspeando y soltando notas sostenidas... Lo miré sorprendida, ya no me acordaba de él... y él me miró, pero no creo que me recordara. Imagenes de esos diez años en los que coincidimos en mis numerosos trayectos acudieron a mi memoria. Y me alegré de que aún conserve su estrambotica costumbre.





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