sábado, 25 de julio de 2009

24/7 - 2009

Me habian invitado a la fiesta del "Twentyfour Seven" en el famoso Club Rosas 5 de Barcelona. Y estaba emocionada, porque muchas veces había querido entrar en tan exclusivo recinto y no había podido ser. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana (24/7, por eso se conmemora hoy), es lo que se considera el ideal de una relación de esclavitud en Sadomaso. Pero en la realidad, es algo prácticamente imposible.

Mi plan era complicado. Había quedado con el Cusinet y una amiga suya que venía de Zaragoza (a la que me queria presentar) en un hotel cerca de Cornellá, sobre las 21 y hasta las 23. Luego a las 23'30 en la puerta del local con Carlos y con "Cornelius". Pero Carlos me llamó y se disculpó, le había salido otro plan y no iba a venir. Y yo, la verdad, después del accidente no me sentía con muchas ganas de coger el coche ni de conocer a nadie, me sentía bastante chafada, así que hablé con mi Cusi y le dije que no iba a ir a nuestra cita, que lo pasaran muy bien ellos dos...y como buen amigo que es, lo entendió muy bien. Hablé también con Cornelius, que vive en Terrassa y le pedí que me llevara con su coche a lo del Rosas5. Él, muy en su onda "psicologica", me dijo que vale, que me llevaba, pero que a la vuelta lo habría de traer yo (y que así él podría beber en la fiesta jajaja) Estuve de acuerdo. Pensé que me vendría bien volver a conducir, pronto y con compañía, volver a subirme al caballo después de la caida...

Había "dress code": corsés, ropa "sado", simplemente negro... Yo me puse un vestido negro y taconazos. Aunque podía haberlo hecho, no queria ir demasiado llamativa. Kurt, el dueño, me recibió en la puerta. Me recordaba del Facebook y eso me halagó. Él es famoso por su arte con el bondage, recuerdo todavía el fascinante show que hizo en el Terrazza hoy hace un año, con Barbara Vamp y los moteros Ángeles del Infierno.
Cornelius y yo observabamos a la gente, charlabamos y bebiamos nuestra copa, mientras esperabamos a que diera comienzo la actuación que otro maestro del bondage, Tentesion, iba a hacer en la famosa mazmorra del club. Pero cuando ésta comienza, las gradas se llenan rápidamente y no nos dejan pasar, aforo completo en el interior, nos dice Kurt. Intentamos ver algo desde la ventana del primer piso, pero una muchedumbre se agolpa frente a ella y no me dejan llegar. Una vez más, pienso que si hubiera venido sola.... pero no puedo dejar a mi acompañante abandonado, asi que nos sentamos en unos enormes sillones, frente a una mesa-jaula y decidimos nuestro próximo movimiento.
Al terminar la actuación, la gente sale comentando: "sólo por esto valía la pena venir, ha sido maravilloso...", lo que me hace cabrearme un poco. Así que nos vamos. Mi gozo en un pozo...
Me hace conducir su coche. Voy bastante nerviosa. Vamos al Training Pedralbes a terminar la noche. Pero nos perdemos un poco y al final me hace cambiar sitios, como si por conducir él encontraramos el lugar antes...
Llegamos a Training, nos pedimos algo para beber, bajamos la escalera hasta el segundo piso y nos vamos en dirección al cine. Justo en el rellano de la escalera, un chico corpulento, moreno, que me resulta muy atractivo, está hablando con una chica.
Salimos al jardin. Cornelius está muy agitado. Me cuenta que ese chico le conoce del trabajo, que seguro que le ha visto, que le da mucho mal rollo. Yo le aseguro que ni siquiera nos ha mirado (porque yo estaba mirandole atentamente y ni se giró), que si está aquí es para hacer lo mismo que nosotros, que ya lo había visto antes por el club, que no es un segurata de incógnito, pero él sigue dándole vueltas al asunto, así que al final le digo que nos vayamos a casa. No nos ha dado tiempo ni a acabarnos las bebidas...
Conduzco yo, tal como habíamos acordado, ya que no he tomado nada de alcohol y él sí. Al entrar en los Tuneles de Vallvidrera me espeta un seco: "No corras tanto, que es mi coche y tú te espiñaste ayer", cosa que me ofende sobremanera, ya que voy por debajo del límite de velocidad (80 km/h), pero guardo la calma, pensando que ha pasado un mal rato y se está desquitando.
Y entonces empieza con su cháchara psiquiatrica, hablándome de mi relación con mis padres, que él no considera apropiada... Yo voy contestando sus preguntas, rebatiendo sus afirmaciones, diciéndole que no debe hablar de algo que no conoce por completo, me voy alterando hasta alcanzar el punto de ebullición....
Al llegar a Terrassa, estoy llorando. No pienso llevarle a su casa, que se lleve él mismo. Paro en la puerta de mi edificio y me voy....
Vaya mierda de día....
Hoy me ha mandado algún mensajito disculpándose, pero creo que lo voy a tener castigado una temporadita....

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