El martes, en cambio, cenamos en un restaurante cercano a mi casa, y luego de vuelta a Barcelona, volvimos a repetir en nuestro club favorito, que estaba totalmente desierto porque había partido de fútbol en televisión.
Nos fuimos casi directos al jacuzzi, que tan buenos resultados nos dio la vez anterior... Una vez instalados, aquello estaba muy paradito, así que Juanma sugirió que le diera al botón. El agua se puso a burbujear a lo bestia. Alguna sustancia desinfectante que le echan al agua o con la que lo habían limpiado se puso a hacer espuma.
Cada vez era más alta.... y nosotros no podíamos parar de reírnos. Parecía que estuviéramos metidos en un merengue gigante. Y la espuma crecía y crecía hasta sobrepasarnos e incluso salirse de los bordes del jacuzzi. Nunca había visto nada parecido. Le di al botón para pararlo, nos dimos una ducha para quitarnos la espuma y nos cambiamos a la piscina, que también nos inspira. Creo que nunca había tenido un orgasmo en el agua, pero para todo hay una primera vez...
Pasamos casi toda la noche solos, disfrutando de cada rincón, descubriendo nuevas sensaciones... para terminar de nuevo en ese, ya nuestro, jacuzzi. Pero sin darle al botón, por si acaso jejee....
Hoy tengo unas agujetas que me muero y no se dónde no me duele... pero valen la pena cada uno de esos mil dolores pequeños que me acompañan, junto con la carita de cansada y la sonrisa....
Mi niño ya se ha ido otra vez para Valencia y yo no hago mas que echarle en falta.... ¡Y aún queda tanto para el próximo lunes! Debo ser de las pocas personas en el mundo a las que le gusta empezar semana....
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