domingo, 17 de enero de 2010

Noche fuera

Uno de mis amigos en Facebook, Jose B., al que conocí en el último festival de Sitges, cumplió años esta semana. Así que convocó a algunos de sus amigos para celebrarlo el sábado noche. Cena, copas y bailoteo por la zona del Raval de Barcelona. Yo le envié mensaje aceptando su propuesta y quedamos en la esquina de la C/ Cera con la Ronda Sant Pau entre las nueve y media y las diez de la noche.
Al entrar en Barcelona, comenzaba a llover. Aparqué un poco lejos y bajé andando, en la medida de lo posible bajo los balcones, hasta el lugar de encuentro. Llegué casi a las nueve y media en punto. Resguardada bajo un portal, escuchaba mi mp3 mientras observaba a la gente, esperando alguna señal de que aparecieran más invitados.
A las diez menos cuarto ya empezaba a preocuparme por no tener noticias, pensando que quizás habían quedado en algún otro sitio que yo desconocía y, como no tenía forma de ponerme en contacto con él, le mandé un mensaje a Flecha, con el que Jose trabajó en el vídeo del grupo "Medianoche" (es el hombre lobo), para que me pasara su teléfono. Para variar, Flecha no tenia saldo, así que tuve que llamarle y aprendérmelo de memoria.

Al cabo de un momento, ya estaba hablando con él, que me dijo que aún estaba en casa, que bajaba a la calle en veinte minutos. Eran las diez menos diez. Casi una hora más tarde, a las once menos cuarto, con los pies helados y doloridos de estar de pie, molesta con la humedad de la lluvia, molesta con los buitres que paseaban a mi alrededor mirándome con ojos golosos pero sin atreverse a acercarse al ver mi mirada de asco (en esa zona hay bastante prostitución, y verme parada tanto rato en una esquina supongo que les dio que pensar...) yo ya estaba pensando en esperar solamente hasta las once, haciendo planes de volver para Terrassa, cenar algo por el centro y ir a una disco que me gusta en mi ciudad.... cuando tres muchachotes aparecieron, moviendo sus brazos en el aire. ¡Por fiiiin! Para cenar sólo venían dos, Dani y Arnau, para las copas ya se nos añadirían otra gente. Pero primero teníamos que ir a "rescatar" el coche de Dani, que estaba inmovilizado por la policía desde la noche anterior, cuando les habían parado y habían dado positivo en un control de alcoholemia... ¡los tres! Vinieron los Mossos, le hicieron soplar, rellenaron unos papeles y igualmente lo dejamos donde estaba, porque estaba bien aparcado en una zona bastante difícil.

Cuando volvíamos de vuelta, cuanto más escuchaba lo que me contaban, más alucinaba. Drogas, alcohol, peleas, más drogas: marihuana, "chocolate", pastillas, "bote" (yo no lo había oído nunca, es éxtasis líquido...). A mi no se me escandaliza por temas de sexo, pero no soporto las drogas. No puedo entender la diversión con algo que trastoca tus sentidos, no entiendo qué puede tener de divertido beber hasta que vomitas y no sabes lo que haces.... No me gusta ir con gente que pierde el control, tener que vigilar que no se hagan daño ni me lo hagan a mi...

El sitio donde fuimos a cenar era impresionante. Un pequeño bar-pizzeria en la C/ La Cera, 33, llamado "El racó de l'avia", de aspecto guarrete, lleno de estrambóticos cuadros, pero la comida y sus precios, geniales. Tomé una pizza tropical, mediana, muy rica, ¡por sólo 3,90€! Nos pedimos unas patatas "calabresas" que estaban estupendas para picar entre los cuatro. El total de la cena, con otras dos pizzas, boloñesa y cuatro estaciones, una escalopa milanesa, una botella de vino y dos de gaseosa solamente nos costó 26,10€. Mientras cenábamos, se acercaron otro amigo de Jose que se llamaba igual y su novia, Isa. También se pasó por allí el actor Ivan Massagué, al que encontré muchísimo más atractivo en persona. Luego nos fuimos al "Lempika" a tomar algo, un pequeño garito en la calle Carretas.

Estaba a reventar de gente, que nos empujaban al pasar a cada momento y la música no era mucho de nuestro agrado, así que acabamos en la calle, charlando, aprovechando que ya había parado de llover. Tardábamos mucho en decidir a dónde iríamos de marcha, Dani y Arnau no se sentían demasiado bien después de la juerga de la noche anterior y andaban cortos de pasta, así que tomé mi propia decisión, me despedí de todos ellos y emprendí el regreso a mi coche y a mi pequeña ciudad.

Eran más o menos las tres menos cuarto cuando aparqué en el Passeig 22 de Juliol de Terrassa y bajé andando hasta la Calle de La Rasa, donde está el Faktoria d'Arts. Es la discoteca (de las poquísimas de conozco en mi ciudad) que más me gusta. Ponen muy buena música, tiene diferentes zonas, por si quieres descansar sentado o charlar o incluso echarte un futbolín, los refrescos no son caros (4€, no suelo beber alcohol y menos si he de conducir, entonces ni me lo planteo) y lo mejor de todo: ¡una gente muy guapa!. Nada más colocarme en un sitio de la pista que me gustó, enseguida localicé a un chico que me entró por el ojo. Treintaitantos, moreno, con barbita y sombrero, bailaba realmente bien.... Mmmm! ¿Tendría suerte con él?

Cuando yo bailo, parece que el resto del mundo se detenga, todos se quedan parados, observándome. Y rápidamente aparecen los moscones y las tías envidiosas. El chico que me gustaba no me quitaba ojo, ni yo a él, bailaba para él, incitándole, buscándole.... y entonces un negro acaparador se puso a bailar frente a mi, diciendome todo el rato que bailaba muy bien, que era muy guapa, que era muy sexy, tapándome del resto de la gente. El chico del sombrero seguía mirándome, pero cuando yo me metí en los lavabos para ver si me quitaba al pesado de encima, al salir había desaparecido. Ya no volví a encontrarle en toda la noche, posiblemente se fue, ¡mierda!....

Una hora más tarde, después de haber bailado un montón, regresaba hacia mi cochecito y hacia mi casa, contenta de haber hecho algo que me saque de mi rutina de ordenador y de haber conocido nuevos lugares y nuevas caras...

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